Promovemos el matrimonio como central para familias y comunidades saludables, y desafiamos las políticas que lo diluyen y lo desmantelan.

El matrimonio, la unión entre un hombre y una mujer, es la piedra angular de Dios para la sociedad. De ahí nace la familia, la comunidad.

El matrimonio precede tanto al estado como al gobierno, e incluso a la Iglesia. El matrimonio se define en Génesis 2:23-34:

“El hombre dijo: ‘Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ella será llamada “mujer”, porque del varón fue tomada.’
Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”.

El matrimonio fue siempre el plan de Dios para la sociedad, para modelar la relación entre Jesucristo, el novio y su novia, la Iglesia. Creemos que esta es la definición de matrimonio de Dios, y los humanos no pueden cambiarla.

Durante miles de años, la unión de un hombre y una mujer ha sido la base de sociedades estables en todo el mundo, resistiendo la prueba del tiempo. Aunque el Estado no es ‘dueño’ de la institución del matrimonio, durante siglos lo ha reconocido y fomentado, apoyando a las familias para que críen a los hijos en este contexto.

Aunque el gobierno tiene la responsabilidad de resolver los asuntos de herencia e intervenir en los abusos, también debe respetar sus límites como institución creada por Dios. No le corresponde a nadie redefinir el matrimonio.

Sin embargo, esto es lo que ha sucedido en los últimos años. El matrimonio entre personas del mismo sexo, el poliamor, las uniones civiles y la cohabitación son parodias del matrimonio. En última instancia, van en contra del plan de Dios de una unión de un hombre y una mujer y son perjudiciales para la sociedad. No solo dañan a las personas involucradas al ir en contra del plan de Dios, sino también a los niños que forman parte de esas familias; los estudios académicos muestran consistentemente que los adultos, los niños y la comunidad en general prosperan gracias al matrimonio entre un hombre y una mujer.

Del mismo modo, el divorcio injustificado (incluido el divorcio sin culpa) se burla del matrimonio, reduciéndolo a un simple acuerdo que puede disolverse a instancias de una de las partes, incluso si la otra no está dispuesta.

Christian Concern busca promover una comprensión adecuada de la definición del matrimonio creado por Dios. Buscamos no solo revertir los cambios legales dañinos que redefinen el plan de Dios para el matrimonio, sino también apoyar a las familias fuertes, reconociendo su lugar en la sociedad y mostrando cómo una comprensión cristiana del matrimonio brinda el mejor contexto para la crianza de los hijos.

Reconocemos la bondad y el poder del regalo de Dios del sexo, y exponemos la bancarrota de la autonomía sexual, la confusión y el caos de la sociedad.

La sexualidad es un buen regalo de Dios, creado y diseñado para ser disfrutado dentro del matrimonio de un hombre y una mujer. Dentro de ese contexto, el sexo expresa la unión de una sola carne entre una pareja y puede traer nueva vida al mundo.

Pero desde Eden, no hemos alcanzado ese ideal, causando mucho dolor, sobre todo en el área de la sexualidad. El adulterio, las relaciones sexuales prematrimoniales, la pornografía, la homosexualidad, la poligamia y otras prácticas sexuales nocivas son cada vez más comunes

Los problemas con la sexualidad reflejan tanto problemas internos en los corazones de las personas como problemas externos en la sociedad y la cultura. Estos problemas pueden causar un gran daño al matrimonio y las relaciones. La pornografía de todo tipo, los planes de estudios escolares inapropiados y las campañas homosexuales en los medios de comunicación e instituciones juegan un papel, al igual que los cristianos cuando sucumben a las tentaciones.

Christian Concern aboga por políticas que reflejen el buen diseño de Dios para la sexualidad y apoya a quienes brindan ayuda pastoral a todos los que buscan una salida al caos.

Defendemos el papel central de los padres en la crianza de la próxima generación y destacamos que la buena educación se basa en una cosmovisión cristiana, especialmente en las áreas de las relaciones y la religión.

Nuestras instituciones educativas son cada vez más hostiles a la cosmovisión cristiana. Los niños de hogares cristianos ven socavada con demasiada facilidad su fe incipiente, y los niños de nuestra sociedad se vuelven más vulnerables a las tendencias secularizadoras y sexualizadoras de la cultura.

Los mismos cristianos se han tragado la idea de que los niños deben ser educados por el estado y que nuestro trabajo es solo llevarlos a la iglesia. Más de la mitad de nuestros niños se están perdiendo de la Iglesia cada generación.

Christian Concern quiere ver prosperar a los niños de todos los orígenes.

Apoyamos y conectamos a aquellos que buscan traer un fiel testimonio cristiano en todas las áreas de la educación. Esto incluye tanto a los cristianos en la educación, vistos como una parte sustancial de la misión de la iglesia, como a la educación cristiana , como parte del mandato de discipulado de la iglesia.

Buscamos defender y apoyar a las personas llevando la esperanza y la verdad del evangelio a los niños y jóvenes.

Además, buscamos exponer las políticas y prácticas educativas que son perjudiciales para los niños y los jóvenes, brindando a los cristianos asociaciones, recursos y apoyo para que podamos abordar con confianza las tendencias educativas que dañan a los jóvenes, incluidos los elementos problemáticos de las relaciones y la educación sexual (RSE).

Subrayamos la realidad y el propósito de la distinción entre hombres y mujeres, y desafiamos la ideología transgénero.

Dios hizo hombres y mujeres a su imagen, iguales pero diferentes. Como hemos perdido de vista esta verdad fundamental, las teorías confusas y siempre cambiantes sobre el género han capturado la imaginación de la sociedad.

Esto no es liberador, sino opresor. Aunque los estereotipos pueden ser inútiles y la confusión de género es una realidad para algunos, vivir nuestro sexo dado por Dios, como hombres y mujeres, es donde prosperamos como individuos y como sociedad.

Christian Concern apoya y aboga por políticas que defiendan la distinción hombre-mujer por el bien de todos.

Reconociendo que algunas personas experimentan confusión interna con respecto a su encarnación como hombre o mujer, creemos que los procedimientos de reasignación de género se han promovido erróneamente durante mucho tiempo como la respuesta a sus problemas, lo que a menudo causa un daño duradero.

Apoyamos la libertad de las personas para recibir ayuda espiritual y psicológica en este ámbito y buscamos el retorno a las políticas basadas en el sexo en la vida pública.

Promovemos la libertad de hablar de Jesucristo y su modelo de vida, y de expresar creencias y puntos de vista que algunas personas objetan.

Le recordamos a la sociedad el gran beneficio que ha traído nuestra herencia cristiana, y señalamos los recursos que el modelo de Dios proporciona de manera única para un futuro floreciente.

En la coronación de la reina Isabel II, le obsequiaron una Biblia para que la guardara:

“…recordando siempre la ley y el Evangelio de Dios como Regla para toda la vida y gobierno de los príncipes cristianos.”

Esto no fue una mera ceremonia: el Reino Unido y la civilización occidental en su conjunto crecieron porque los cristianos actuaron a partir de convicciones cristianas.

La Carta Magna, que dio origen a la constitución británica e inspiró las libertades civiles en todo el mundo, era un documento cristiano que enfatizaba desde el principio la libertad dada por Dios a la Iglesia. A lo largo de la historia británica, los gobernantes, legisladores y teóricos políticos actuaron con convicciones cristianas.

No entendieron todo bien, por supuesto. Pero fueron los cristianos fervientes los que estuvieron en el centro de corregir errores graves como el comercio de esclavos.

Los cristianos fueron pioneros en la educación. Los cristianos fueron pioneros en los hospitales. Y, más recientemente, los cristianos y las iglesias han sido pioneros en el trabajo entre los más vulnerables de nuestra sociedad, abordando la pobreza, la falta de vivienda, la adicción y los delitos con arma blanca desde la convicción de que debemos amar a nuestro prójimo.

Estamos convencidos de que la sabiduría de Dios y la influencia de los cristianos es fundamental para construir una sociedad verdaderamente compasiva.

Christian Concern y Christian Legal Center defienden las libertades de los cristianos y las iglesias para asegurarse de que puedan llevar la esperanza de Cristo a una sociedad que realmente la necesita. Los cristianos no deberían necesitar dejar sus convicciones en casa o en la iglesia para ser el cambio positivo que nuestra sociedad necesita.

Exponemos el secularismo, que privilegia el ateísmo en la vida pública, y exprimimos otras religiones y creencias, incluido el cristianismo.

Animamos a la Iglesia a tener confianza en la buena nueva de vida dada por Dios, y hacer campaña por su libertad para declararla públicamente.

La Iglesia –pueblo de Dios, unido en Cristo– es la casa de Dios en la tierra (Efesios 2:19); un lugar donde personas de toda tribu, lengua y nación están llamadas a unirse, confiando en Jesús y brillando como estrellas (Filipenses 2:15), por oscuras que sean las circunstancias.

Pero a pesar de toda esta diversidad, estamos llamados a estar unidos como seguidores de Cristo, haciendo todo lo que Jesús mandó (Mateo 28:20).

No siempre estamos a la altura de este estándar. De hecho, hay muchas personas que se llaman a sí mismas cristianas y que no siguen verdaderamente a Jesús ni a sus enseñanzas, especialmente cuando van en contra de la cultura. Las áreas de sexualidad y género han sido particularmente polémicas en los últimos años a medida que las denominaciones de la iglesia revisan su doctrina o práctica para permitir, o incluso respaldar, comportamientos que contradicen las enseñanzas de la Biblia.

La Iglesia de Inglaterra es particularmente significativa; como iglesia establecida, su postura y práctica sobre temas de moralidad sigue siendo muy influyente en la sociedad y, a menudo, se cita en casos legales. Hay muchos cristianos fieles en la Iglesia de Inglaterra, incluso en puestos de alto nivel, pero la institución no ha estado brillando constantemente la luz de la verdad de Dios al resto del mundo.

No es solo que los cristianos permitan el error dentro de las iglesias (instituciones), es que los cristianos a menudo carecen de confianza para traer esperanza al mundo. El evangelio son buenas noticias; sobre todo porque nos trae la vida eterna, pero también porque comenzamos a pensar y vivir de acuerdo con el diseño de Dios para nuestras vidas. Dios no nos llama sólo a cambiar nuestras prácticas ‘religiosas’ sino a ver cada área de nuestras vidas, y de hecho el mundo, transformado.

Christian Concern busca ayudar a los cristianos y las iglesias a llevar la esperanza de Jesús al mundo. Hacemos campaña para que las iglesias estén protegidas en lugar de obstaculizadas por la ley y las políticas públicas, y ayudamos a las iglesias a cumplir con su llamado proclamando el evangelio con fe y demostrando el amor de Cristo al mundo.